lunes, 25 de junio de 2012

Nadie es responsable (Día de San Juan)

El otro día comentaba acerca de la peligrosa conversión de mototaxis en "vehículos de carrera", preparándose para las competencias de San Juan. Las competencias tuvieron lugar y, desgraciadamente, se saldaron con la muerte de un corredor.

Gianfranco Murrieta, campeón nacional, iba a la delantera cuando un camión circulando en sentido contrario se le interpuso. Por no impactar, el corredor prefirió despistarse y saltar de la moto, pero la mala fortuna quiso que se estrellara contra un poste de concreto. Todo en pocos segundos y a unos cien kilómetros por hora.

Y nadie es responsable. Nadie se ocupó de cercar la pista de carreras, que comprendía un tramo de la carretera; nadie puso letrero alguno que advirtiera a los choferes que en ese tramo había motos en competencia; nadie se ocupó de tener una ambulancia lista a pesar de que estaban a 82 kilómetros de Pucallpa. Nadie es responsable. El comité organizador se hizo humo, quienes iban a entregar el premio dijeron que eran invitados, las autoridades presentes desaparecieron, los espectadores estaban idos, los amigos de Gianfranco lo subieron a un auto, sin camilla, sin cuidado, presas del pánico y lo trajeron a Pucallpa, 82 kilómetros eternos. Todo fue inútil.

Nadie es responsable. Un muchacho de 22 años muerto por una serie de descuidos, omisiones, irresponsabilidades. Ningún accidente es casual, todos son consecuencia de cadenas de errores donde cada eslabón cuenta, y donde cada error se podía corregir. Nadie es responable.

Hoy el cortejo fúnebre pasó por la oficina. Una fila interminable de motos, motos de carrera, motocarros y autos, un ruido sordo de motores rodeando al corredor, su camiseta de competencias y su casco adornaban el ataúd. Es todo lo que queda por hacer ante una muerte absurda. Descansa en paz, Gian.


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