lunes, 19 de mayo de 2014

Burradas periodísticas: Michael Jackson "reaparece"

Perú.21 en su página web de hoy publica lo siguiente: "Michael Jackson reaparece como holograma".

El titular en el óvalo rojo.
Ignoro cómo puede reaparecer un muerto, y encima convertido en holograma. Pero no había prodigio metafísico o sobrenatural en el asunto; se trataba de una proyección holográfica en la ceremonia de los premios Billboard, con fines claramente comerciales porque hace poco salió a la venta un "nuevo" álbum de Jackson. Y ya se sabe que la holografía no es más que una técnica avanzada de fotografía inventada en 1947.

¿Y no era mejor escribir "Proyectan holograma de Michael Jackson en la ceremonia de los premios Billboard"? Pues sí, hubiera sido mejor, pero ya se sabe que una mezcla de amarillismo e ignorancia es característica de Perú.21, ¿qué chiste tendría decir que proyectaron un holograma o una película?

Y para terminar, resulta que según el diario Jackson no sólo reapareció, sino que cantó acompañado de una banda musical. Acabáramos.


viernes, 16 de mayo de 2014

Lectura: El Príncipe y el mendigo, de Mark Twain

Portada de la primera edición de "El Príncipe y el mendigo" (foto, Wikipedia). No puedo poner la imagen de mi libro..., porque es un libro electrónico, jeje.

A pesar de llevar algunos años leyendo (no tanto como los que quisiera), no he leído gran cosa de Mark Twain. Falta imperdonable, lo sé, pero la lectura de una biografía suya en Selecciones (una edición de los años 80) me ha hecho desear sus libros.

El primero que encontré es el Príncipe y el mendigo, escrita en 1882.

El argumento de la novela es bastante sencillo. Resulta que un mendigo llamado Tom Canty y el Príncipe Eduardo de Inglaterra (hijo de Enrique VIII) tienen, sin saberlo, un extraordinario parecido físico. En cierta ocasión, Tom Canty es golpeado por un guardia del palacio real, y el príncipe Eduardo, viendo eso, acude en su defensa, le invita a pasar y, entrando en confianza, desea probarse la ropa del mendigo, con tan mala fortuna que es confundido con éste y expulsado del palacio. Por contra, Tom Canty es confundido con el príncipe y su desconcierto es tomado por locura.

Así, tanto el Príncipe Eduardo como el mendigo Tom Canty se ven en situaciones desconocidas que no saben enfrentar. Uno, conoce toda clase de maltratos y humillaciones como el mendigo que parece ser, y salva la vida sólo porque un caballero caído en desgracia, Heston Miles, le toma por loco -debido a que Eduardo en todo momento clama ser príncipe de Inglaterra- y decide protegerle, mientras busca desagravio ante el heredero de Inglaterra, puesto que Enrique VIII ha muerto.

Tom Canty también es tomado por loco. Sólo así entienden en el palacio, Rey incluido, que ignore casi todo aspecto de su vida, que no reconozca a las personas de su entorno y que clame ser un mendigo. Sin embargo poco a poco se adapta a la vida de un príncipe, finge ser el heredero curándose poco a poco de su 'locura' y da muestras de gran sentido común cuando salva del cadalso a algunos reos a los que pidió ver. Pero las adulaciones y los oropeles de la vida real ciegan al niño, olvida su afán inicial de encontrar al Príncipe, a su familia sumida en la mendicidad y resuelve ser el príncipe con el que le confunden. Tom Canty sólo abre los ojos cuando niega a su madre, que le reconoció en medio del desfile real con motivo de su coronación. Sólo allí comprende que está atrapado.

Tanto las narraciones de las desventuras de Eduardo como las descripciones de la vida palaciega de Tom Canty contienen una fuerte crítica, por un lado, a la vida miserable de la gente pobre de Inglaterra, al sistema de justicia abusivo y arbitrario que sufre y, por otro, a la frivolidad de la realeza y su desconocimiento de lo que ocurre afuera. Pero los padecimientos del Príncipe también constituyen una lección, porque él va aprendiendo en los propios huesos todos los abusos que se cometen en su reino.

El final es claro, pero no por eso lo voy a escribir. Me ha gustado esta novela, y voy a leer más a Mark Twain apenas me quede algo que tiempo, que ahora tengo dos libros de Jorge Amado y uno de Vargas Llosa en cola. Luego ya veremos.

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