miércoles, 21 de julio de 2010

¿Viva Google Books? Sí, ¡viva!

Hace unos años Google se propuso una tarea faraónica: indexar todos los libros del mundo y ponerlos en internet. Firmó acuerdos con asociaciones de editores para obtener los permisos respectivos y con bibliotecas para las obras que sean de dominio público. En efecto, comenzó a escanear los libros y el 30 de junio de 2006 debutó Google Books.

El anuncio inmediatamente disparó todas las alarmas de las poderosas editoriales norteamericanas, de algunos gobiernos, como el alemán y el francés y, sobre todo, de la competencia, Amazon, Yahoo y Microsoft, que se oponían tajantemente a la iniciativa con los argumentos de que se crearía un monopolio y que los derechos de autor serían violados. Pero el meollo del asunto es que los libros mueven una industria de miles de millones de dólares. De ahí la oposición encarnizada de editores, asociaciones de escritores, y competencia.  Microsoft y Yahoo también tuvieron proyectos para digitalizar libros y venderlos, pero fracasaron.

Naturalmente, Google venderá los libros que escanee, pero aquellos que se encuentren ya sin protección de derechos de autor, o sea, los editados hasta 1923, son gratis. ¡Gratis! Considerando que escanear un libro cuesta unos diez mil dólares, el beneficio es enorme. ¿Google lo hace por altruismo?  Claro que no, se trata de un negocio. Los libros que sí pagan derechos de autor sostendrán el costo y dejarán ganancias.

Pero a los que gustamos de la lectura, a escuelas y universidades esto sólo puede significar buenas noticias. De buenas a primeras la escuela estatal N° 64011, donde estudié la primaria, tiene acceso a todos los libros de la biblioteca de la universidad de Oxford, de la Biblioteca Nacional de Austria, de las bibliotecas de la universidad Complutense de Madrid, de Harvard, y de cientos más que han firmado acuerdos para que sus libros sean escaneados. Todo gratis. A ver, el Quijote, todo el Siglo de Oro español, el mejor realismo ruso, el romanticismo francés, las tradiciones de Ricardo Palma, todo, a unos cuantos clics.

"Desentierre un clásico.
Escoja entre cerca de un millón
de títulos de dominio público"


¿Y los libros por los que sí hay que pagar? Pues bien, hay que pagar por ellos, no hay otro remedio, pero tampoco es gran cosa. Los precios de libros digitales empiezan en un dólar y medio, una fracción de lo que cuestan en la librería. Sigue siendo un beneficio enorme. De modo que ojalá Google Books siga con su propósito, y sus opositores no se salgan con la suya. Ahora mismo un Juez de Nueva York tiene en sus manos el contrato que sustenta todo el proyecto, para determinar si viola o no los benditos derechos de autor. Ojalá tome una buena decisión.

P.D. Y para terminar, han de saber que Google se ha embarcado en otra tarea: indexar todos los periódicos del mundo... desde la primera edición.

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