viernes, 20 de abril de 2012

El primer caso

Desde que asumí elcargo de fiscal adjunto me han entregado 26 carpetas, todos iniciados. Sin embargo, el segundo día ya llegaron dos denuncias nuevas que me corresponde conocer. Una contra funcionarios metidos en una licitación. Aquí hay pan para cortar. La otra es de una profesora que denuncia a otra. Veamos.

Cierta profesora denuncia a la sub-directora de su colegio porque se retiraba dos horas antes de la salida todos los jueves y viernes durante seis meses para ir a dictar clases como especialista en la universidad. Dice su denuncia que eso es abandono de puesto, peculado, cobro indebido y abuso de autoridad.

Y yo digo que a o mejor se trata de un caso de denuncia por envidia; es una primera impresión. Ya, está bien, se 'tiraba' dos horas del colegio para llegar a la universidad y hacerse de unos soles más al mes, 'recursearse', como dice el populacho. Esa es una falta administrativa, no un delito. Que se queje la denunciante con su directora, en la Dirección de Educación, o qué sé yo, a ellos corresponde averiguar si es cierto o no (aunque sí es cierto) y ver si la amonestan o suspenden, pero de ahí a que sea delito, nones. Lo archivé sin más. Y quedó consentido.

Al fin y al cabo si recursearse fuera delito dónde estaría yo.

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