Que la mayoría de peruanos está de acuerdo en cuanto a materia económica, es decir, con el modelo vigente. Y es que, con pequeñas diferencias, los cuatro candidatos ofrecen seguir el camino trazado.
Entonces, ¿por qué Ollanta Hulama está en primer lugar de las encuestas con lugar fijo en el balotaje? ¿Por qué el 70% de peruanos no puede mantener el rumbo económico del país en estas elecciones?
Porque todavía tenemos un tercio de la población en la pobreza, y ahí todavía creen el discurso trasnochado del nacionalista y sus mentiras. Y porque nuestros políticos no son capaces de ver que todavía no estamos en el rumbo irreversible del desarrollo, no ven que nuestra economía todavía puede ser echada al traste merced a nacionalizaciones, estatizaciones, control de precios y demás ‘propuestas’ que Humala tiene escritas en su Plan de Gobierno, no ven que nos podemos ir al carajo.
Y entonces políticos que ofrecen lo mismo –Toledo, Fujimori, Kuczynsky y Castañeda- se pelean una torta de 70% que no alcanza para todos y el resultado es que Humala, el lobo con piel de cordero, se pone al frente de todos. Para peor, Fujimori es la representante de un gobierno corrupto que quiere volver.
El resultado está a la vista. Otra vez el país decidirá en segunda vuelta entre el rumbo económico actual y el abismo, el retroceso, el autoritarismo y la corrupción. Falta ver quién de los cuatro es el contrincante. Y aquí está la otra disyuntiva, otra piedra en el destino del Perú: si Ollanta Humala enfrentará a un candidato democrático –Toledo, Kuczynsky, Castañeda-, o a Fujimori. Es decir, todavía no sabemos si decidiremos entre la muerte y la continuidad, o habrá que escoger entre una muerte por sida o una por cáncer.
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