Ayer despotricaba contra la prensa limeña y su sensacionalismo. Y hoy, para dar otro ejemplo, encuentro esta nota en El Comercio, el más serio del país: "Excremento le sirve de combustible a un automóvil" (!).
¿Qué? ¿O sea, metemos caca al tanque de combustible? Ya leyendo la nota, resulta que no es el excremento el combustible, sino el gas metano que se obtiene principalmente de la basura y también -pero en cantidades mucho menores por razones obvias- del excremento en plantas de tratamiento adecuadas.
Pero el sensacionalismo dicta tomar la visión más escabrosa, la más sucia de la nota para despertar al atención de la gente: quién se interesaría por un auto funcionando con gas metano, si ya funcionan con gas licuado y gas natural; un auto funcionando con mierda es más interesante, aunque no sea rigurosamente la verdad.
Pero para a un periodismo que sí -éste sí- funciona con mierda faltar a la rigurosa verdad no es inconveniente.
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