El 23 de agosto de 2005 se han cumplido 5 años del aciago vuelo TJ-204 de TANS. El avión, un Boeing 737-200 con 100 personas a bordo, se estrelló a 10 kilómetros de la pista del aeropuerto de Pucallpa, cuando se disponía a aterrizar. El Boeing cayó en el fango, en medio de la lluvia y el granizo; de las 40 víctimas, muchas perecieron ahogadas.
El accidente se pareció terriblemente a la caída del Lockheed 188 Electra de LANSA el 24 de diciembre de 1971. Ambos pilotos volaban muy bajo para evitar el cielo encapotado cuando súbitamente violentas ráfagas de viento los arrojaron contra el suelo.
La prensa cubrió el accidente de TANS de forma indignante, como es su costumbre, exhibiendo sin compasión los cuerpos mutilados de quienes perecieron, pero ninguno prestó atención al informe oficial publicado meses después.
El accidente llevó al cierre definitivo de TANS, y puso en relieve que las lecciones del accidente de Chachapoyas, no habían sido aprendidas. ¿Aprendimos esta vez? Si ocurre otro accidente, ¿los olvidaremos también? En el cementerio de Pucallpa hay un mausoleo dedicado a las víctimas de LANSA. No hay nada para las de TANS.
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