Leo en la prensa de hoy una entrevista al gerente de LAN, la aerolínea que domina el mercado local. El periodista pregunta si las lluvias que azotaron a Cuzco y la inundación ocurrida en Aguas Calientes han afectado los vuelos hacia el país. El ejecutivo contesta tranquilamente que no, que pronto todo esto será historia y, entre otras cosas más, que "lo bueno es que Machu Picchu no ha sufrido ningún daño".
Quedé pensando en ello un rato.
"Machu Picchu no ha sufrido ningún daño". Una ciudadela de unos 600-700 años ha soportado lluvias torrenciales sin daño alguno, muy lejos del río Urubamba, que ocasionaba desmadres Aguas Calientes, inundándola y destruyéndola.
Fácil es barruntar que claro, Machu Picchu está arriba en el cerro, sólidamente construida en roca viva; en cambio el pueblucho ese está abajo, al borde del río, arrimada entre el Urubamba y los cerros. Y ahí justamente se ve claro el buen tino de los incas para construir y la obsecuencia, improvisación y estupidez de los peruanos contemporáneos a la hora de hacer lo mismo.
Ni Macchu Picchu, ni Ollantaytambo o Pisac, ni siquiera Cuzco están en zonas de inundación o en la ruta de aludes, y no sufren gravemente con lluvias torrenciales como estas que han caído, a pesar de los siglos que cargan. Distinto es el caso de los pueblos actuales: si llueve, se inundan; si el río se desborda, los aniega; si viene el alud, peor: los borra del mapa.
Comparándonos con los habitantes de estas mismas tierras de hace 600 años, ¿de veras somos mejores que ellos?
sábado, 20 de febrero de 2010
martes, 16 de febrero de 2010
¿Cortesana o....?
Yo, que trabajo ahí, tengo una visión clara de qué es y qué no es el Poder Judicial. Entre lo que no es: no es eficiente, no es rápido, no es justo, no es confiable. Y, entre lo que es, es esencialmente corrupto, sobre todas las cosas es corrupto.
Así, es posible negociar todo, en el sentido más amplio de la palabra. Se negocian manifestaciones, se negocia la presencia del fiscal, su firma, se negocia la sentencia, se puede pagar para que el expediente se evapore de la faz de la tierra y tantas otras cosas. Se compran jueces, jueces superiores y jueces supremos. Si eres litigante de baja talla, te las arreglas con el secretario; si tienes más, digamos, "peso", puedes hablar con el juez y jueces superiores. Ahora, si te apellidas Romero, Luksic o Wiese y, en efecto, tienes el dinero que ellos tienen, te puedes zurrar en los pichiruchis y hablar directamente con los jueces supremos. De ahí en adelante es fácil: todo es cosa de hacer que el expediente, merced a recursos dentro del plazo, llegue a la Corte Suprema y listo el pollo, primito. Por inga o mandinga sales del proceso.
¿Y quién castigas estas simonías, quién?
¿Quiero decir entonces que el Poder Judicial es una cortesana, una hetaira? Nones, no es tan sofisticada. En realidad, el Poder Judicial es una vulgar puta.
Así, es posible negociar todo, en el sentido más amplio de la palabra. Se negocian manifestaciones, se negocia la presencia del fiscal, su firma, se negocia la sentencia, se puede pagar para que el expediente se evapore de la faz de la tierra y tantas otras cosas. Se compran jueces, jueces superiores y jueces supremos. Si eres litigante de baja talla, te las arreglas con el secretario; si tienes más, digamos, "peso", puedes hablar con el juez y jueces superiores. Ahora, si te apellidas Romero, Luksic o Wiese y, en efecto, tienes el dinero que ellos tienen, te puedes zurrar en los pichiruchis y hablar directamente con los jueces supremos. De ahí en adelante es fácil: todo es cosa de hacer que el expediente, merced a recursos dentro del plazo, llegue a la Corte Suprema y listo el pollo, primito. Por inga o mandinga sales del proceso.
¿Y quién castigas estas simonías, quién?
¿Quiero decir entonces que el Poder Judicial es una cortesana, una hetaira? Nones, no es tan sofisticada. En realidad, el Poder Judicial es una vulgar puta.
miércoles, 10 de febrero de 2010
El caso Chacón
¿Seis años de juicio para imponer una sentencia de cuatro años de prisión condicional?, ¿eso es justicia?, ¿el proceso puede durar más que la pena? Todo un tema para debate.
Allá los legos y eruditos que opinarán. Para mí es un completo abuso del derecho que un juicio oral lleve seis años, ¡seis!, sumados a los tres años de instrucción en el juzgado hacen nueve. Nueve años de tu vida en un proceso judicial. Nueve años, de los cuales casi la mitad se pasaron en prisión preventiva o arresto domiciliario; y todos ellos con impedimento de salida del país. En ese lapso de tiempo yo terminé la universidad y me gradué de abogado, hice una maestría y tuve dos hijos.
No digo que sean inocentes; antes bien, tengo la certeza inamovible que ese general en retiro, Walter Chacón Málaga, es un vulgar ladrón y su familia, testaferros y en consecuencia, cómplices. En la cárcel debían acabar. No me convencen sus caras compungidas y sus forzadas expresiones pidiendo justicia. Si hubiera la justicia que claman deberían estar tras las rejas de una cárcel, con todos sus bienes confiscados.
Pero también es cierto que una Sala Penal no puede tardarse seis años en sentenciar, por muy complejo que sea un caso. Más que dificultad en el proceso, yo identifico allí la obstinación de las vocales de juzgar a tanta gente (37 o 38, creo) en un solo caso, pudiendo haber desacumulado el expediente en tempranas instancias. ¿Por qué no lo hicieron? Alguien debería obligarlas a responder. De poder, sí podían y, de hecho, eso hicieron el 2007, 2008 y 2009, ya a causa del cargamontón que prensa y políticos armaron. Total que de toda esa gente ayer sentenciaron a 3.
El resto, sigue en juicio.
martes, 9 de febrero de 2010
It's just me...
Siempre tengo ganas de escribir y opinar sobre múltiples temas, lo que no quiere decir que me las dé de sabelotodo. Cuando algo llama mi atención, automáticamente nace en mí el deseo de conocer sus características, sus aristas, sus derivaciones, su evolución y, en fin, todo lo que tenga que ver con el tema. Así, entre 1995 y 2000 era un gran aficionado a los automóviles, y sabía todo lo que hay que saber sobre modelos, marcas y características, lo que me llevó a coleccionar Ruedas & Tuercas, hasta que las regalé porque no podía cargar con ellas en mis años universitarios, pero no me deshice de mi colección de revistas Somos, que va desde 1994 hasta hoy.
La compra casual de un autito de Hot Wheels para participar en una carrera me abrió la puerta a una manía de comprar todos los modelos que podía. De ahí pasé a los autos a escala más grandes, que compraba siempre que tenía oportunidad, aunque anduviera ajustado de fondos. ¿Por qué?
Me sucedió lo mismo cuando me volví aficionado a los submarinos y navíos de guerra: quería saberlo todo, y recopilaba información con la firme intención de leerla, ordenarla, condensarla y escribir la descripción definitiva de cada artefacto para…, para… No sé para qué.
Hasta que se me pasó el gusto. Entonces me llamaron la atención los aviones de combate y sucedió lo mismo. Siguieron los aviones de pasajeros, luego los misiles y, hoy por hoy, estoy abocado a recopilar y leer todo lo que se refiera a la cohetería, naves espaciales, sondas interplanetarias, cosmódromos y exploración espacial. Lo devoro todo, lo leo todo, lo guardo, lo comparo, lo traduzco, lo escribo con el propósito de condensarlo todo en un solo texto que nunca me conforma porque nunca termina de estar listo. Hago ahora lo que hice con autos, revistas, submarinos, barcos, aviones y misiles. ¿Y para qué, para qué?
Y nunca puedo culminar la tarea porque la abrumadora cantidad de información no se puede, digamos, procesar por mano de una sola persona. Y aún teniendo conciencia de esto, prosigo.
¿Por qué?
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