Y claro, se comprueba así que en expresión oral estamos muy mal preparados, o lo que es lo mismo, no sabemos hablar en público.
¿A qué puede deberse esto? A la falta de educación, por supuesto. Se debe a una carencia estructural que se origina en la poca importancia que la escuela da a la dialéctica o a la oratoria. Y esa carencia se refleja en los políticos, en las autoridades, los directores de escuela, en fin, en todos.
Claro, nadie nace con dotes de orador, pero es que la dialéctica se aprende, y se aprende practicando. Sin embargo, la triste realidad es que la mayoría de peruanos no sabe exponer sus ideas, no distinguen una idea principal de una secundaria y no pueden hilvanar tres párrafos completos sobre nada
¿Qué hacer? La respuesta está en la educación. La dialéctica y la retórica deberían ser cursos obligatorios, deberían implementar torneos académicos de debates -que existen como cursos en algunos colegios privados-, debería estimularse la participación de los alumnos en el aula. Deberían..., en fin, deberían hacer muchas cosas.